lunes, 3 de diciembre de 2012

Una pequeña reunion...


La oscuridad reinaba en el callejón, las sombras jugaban y se escondía mientras eran victimas de estar atadas a los objetos terrenales. Un hombre fumaba un puro, se le notaba cansado y avejentado. Las luces de las farolas estaban dañadas en su mayoría y no iluminaba bien lo entornos. El hombre se alejo de las sombras y la luz revelo un persona extremadamente delgada pero con una altura notable. Sus cabellos eran negros al igual que todo el conjunto que vestía sin embargo un extraño y negro aura lo rodeaba. El hombre sonrió.
- Vaya bullicio- repuso para si y luego miro el reloj en su muñeca- Ya casi es hora, sera mejor que camine-
Tiro el puro hacia el suelo húmedo y lo piso. Tenia un compromiso que atender, los negocios requerían su presencia mas si el comprador tenia el bolsillo lleno de billetes. Camino por varias avenidas notando la podredumbre de las calles, los ladrones y maleantes haciendo de la suya, algunas prostitutas esperando en una esquina si algún desdichado llegase necesitados del falso amor que ellas ofrecían. En cierto modo la ciudad había alcanzo un progreso leve con relación al bajo mundo,la droga corría a todos lados y gente implicada en el asunto amanecía colgados de un puente o en el peor de los casos sus cuerpos envueltos en sabanas y tirados al bosque. Nadie indagaba ni se preocupaban por hacerlo. La mafia demoníaca tenia comprada todo el area y muy pronto la ciudad. Pero dichos aspectos no eran de interes para el hombre que caminaba hacia un bar oscuro ubicado en la esquina. El era un mercenario a sueldo a finales de cuentas.
_¡Que bonito lugar de reunion!- exclamo con sorna al ver que el punto de encuentro era un bar en estado lamentable. Entro si preguntar y encontro, con sorprersa que el lugar estaba decorado y totalmente limpio. Al fondo tres personas lo esperaban.

El mercenario sonrio al darse cuenta que su comprador era un hombre muy poderoso en el area. Sentado en un sillon de cuero y vestido con una elegante camisa blanca, pantalones del mismo color, el cabello peinado hacia atras y con porte de caballero: era Arius. Sus dos guardaespaldas al ver al mercenario entrar, defundaron sus dagas pero Arius con un gesto las detuvo.
- ¿Que pasa Malkovich?- dijo Arius con una sonrisa-  Pareces sorprendido de verme en el lugar mas apartado de la ciudad-
- En realidad, a estas alturas ya nada me sorprende- repuso Malkovich y saco otro puro de su bolsillo- Tus guardaespaldas no parecen contento de verme aunque debo alabar tu buen gusto.
- Jajaja ni que lo digas pero debes sentirte seguro. Ellas solo obedecen mis ordenes y aunque al principio ellas se muestren reacias a mi voluntad tarde o temprano caeran sumisas. A finales de cuenta el poder lo es todo.
- Y bueno ¿Que pequeño encargo tienes para mi esta vez?- dijo Malkovich con intencion de cambiar el tema.-  Espero que sea mas interesante que supervisar el trafico de tus cargamentos  de droga. Lidiar con los demonios del bajo mundo no es facil.
-Descuida, esta vez sera algo mas directo- menciono Arius y saco de su bolsillo una foto y se la entrego a Malkovich. Este la observo con detenimiento. Era la foto de una hermosa mujer pelirroja de piel morena.
- Necesito que la traigas a donde mi- dijo Arius- Y con vida. Ya conozco de antemano tu aficion a matar indiscriminadamente.

Malkovich miro con detenimiento a la chica. Ella poseia un collar que le resultaba familiar. Sin embargo se guardo la foto en el bolsillo.
- Veo que por fin vas detras de las Arcanas, Arius- comento Malkovich- ¿Por que la tardanza?
- La hora ya ha llegado y Argosax una vez mas debe resurgir- dijo Arius mientras tomaba una copa de vino.
- Tengo entendido que Argosax fue vencido por el Legendario Caballero Oscuro, Sparda...
- Las leyendas nunca son ciertas, Malkovich- repuso Arius con tono irritado- Tu mas que nadie lo deberias saber.

Malkovich asintio y se dirigio a la salida. No era su obligacion indagar acerca de los propositos de su cliente pero le daba mal espina dicha foto. Su objetivo no tenia la pinta de ser una total imbecil. A finales de cuenta, la ciudad de Vie de Marli estaba llena de sorpresas.
- Otra cosa mas Malkovich- dijo Arius- Asegurate que sea lo mas discreto posible-
Este asintio y salio del bar. Una vez mas el mal olor de la calle le impacto su nariz.
-Coño- musito entre dientes. Ya se acercaba la hora final.

1 comentario:

  1. Muy bueno!, me encanto tu narrativa, muy fluida.
    Te aconsejo un par de cosas: Si podes, cambia el color de la letra de la entrada a un gris claro, me mato la vista el contraste del negro con el blanco, y por ultimo, algunos acentos y ciertas letras faltan y eso puede confundir al lector si lee muy de corrido.
    Por lo demás, todo esta perfecto, te pongo como recomendado en mi blog.
    Saludos!

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