domingo, 23 de diciembre de 2012

Una blanca navidad...

Dedicado a Karen (gracias por haberte conocido)


Finalmente llego la época navideña, el tiempo en que todas las personas compartían con sus familiares, amigos y hasta extraños. Las calles se encontraban en un tranque perpetuo, los consumidores abarrotaban los centros comerciales en busca del regalo perfecto y a toda hora se escuchaban villancicos. En Londres, el caos por la aproximación de Nochebuena era de niveles abrumadores pero dentro de esa multitud alocada se encontraba una persona muy peculiar.

Paseando por las calles de Londres, cuando los fuegos artificiales estaban en su auge, una mujer rubia hermosa apreciaba el festival de colores con cierta indiferencia mientras fumaba un cigarrillo. Ante sus ojos se extendía todo un espectáculo de luces pero en ella no despertaba el intereses suficiente. La Nochebuena antes para ella significaba algo mas, cuando ella al fin tuvo una familia. La rubia siguió caminando, haciendo caso omiso a los fuegos artificiales, mientras dejaba sus pisadas en la nieve. Irónicamente el día mas alegre y festivo del año, ella se sentía sola. El único ser que una vez llego a apreciar y a amar había desaparecido desde hace 10 años, sin dejar rastro alguno, y esta era su décima navidad sin aquel adicto a las pizzas.
- Rayos- murmuro la rubia cuando recordó el nombre de aquella persona, un nombre bastante original. Camino hasta un parque abandonado donde los columpios eran balanceados por el frió viento, no había absolutamente nadie y por un momento pensó en irse pero lo recapacito. No tenia a donde pasar la Navidad así que parecía que el tobogán era una buena opción como cama. Se sentó en un columpio y comenzó a mecerse.   Eso la recordaba a su primera navidad con su amigo desaparecido, cuando en vez del tradicional pavo optaron por mandar a pedir cinco pizza familiares combinación, y para cuando el motorizado había llegado el reloj ya había marcado las doce por lo que la cena de Navidad lo conformaron ella, su amigo y el repartidor de pizzas. Fue su primera Navidad y la que siempre le gusto.
El resto de las navidades no fueron de la misma calidad...
Lady en ese mismo instante debía estar devorando una suculenta cena de Navidad junto con la joven Patty Lowell y el detective Morrison y el apuesto y terco Nero pasando la Nochebuena con su esposa Kirie en Fortuna...
Por las mejillas de la rubia se deslizaron las lagrimas de un recuerdo que había enterrado en su memoria y que ahora las circunstancias lo obligaron a desempolvar.  Ella mismo se consideraba una chica dura, que no se permitía el lujo de mostrar sus sentimientos. pero ciertamente la única persona que la hizo sentir ya no estaba con el. Dejo de mecerse para aspirar del aire cuando detecto la presencia de alguien detrás del tobogán. Instintivamente llevo su mano hasta las pistolas "Luce" y "Sombra" pero se detuvo a tiempo cuando vio salir, detrás del tobogán, a una niña que vestía pobremente. La rubia respiro con alivio.
- ¡Dios, casi te meto un tiro!- la reprocho mientras le quitaba la suciedad de la cara- ¿Donde están tus padres?
- Yo no tengo papas- musito la niña y tosió. La rubia, alarmada, se quito su abrigo y se lo puso. Curiosamente el abrigo abarcaba todo su cuerpo solo quedando su cabeza expuesta al frió y  la rubia se cubrió con su propio gorro.
-Bueno, supongo que estamos en las mismas circunstancias- dijo la rubia con una sonrisa- ¿Como te llamas?
- Rachel- le respondió la niña un poco mas animada.
- Mi nombre es Trish- se presento la rubia y Rachel sonrió. Ambas se sentaron en el columpio mientras observan los fuegos artificiales. Por alguna razón Trish ya no se sentía tan mal.
- ¿Por que llorabas- dijo Rachel después de un rato de silencio. La pregunta pillo desprevenida a Trish
- Recordaba a un amigo especial-
- ¿Y donde esta ahora?- le pregunto Rachel y Trish la observo. Los ojos enormes de la niña la conmovió.
- No se pero el una vez me dijo que llorar era un privilegio que los humanos solo podía poseer- dijo Trish mirándola-  Sin embargo hay días que no puedo retener mas las lagrimas y me dejo llevar por el sentimiento.-
Después de que ella hablo sintió como la mano fría de Rachel se poso en la suya. La miro y se sorprendió por verla sonreír.
- Mis papas antes de morir me dijeron que llorar era un don maravilloso en el cual podíamos desahogar todas nuestras preocupaciones y frustraciones en las lagrimas. Para mi las lagrimas son las muestra de nuestra humanidad y no me avergüenzo de decirlo-
Trish la observo con ternura y le apretó con cariño la mano.
- ¡Mira!- exclamo emocionada Rachel y Trish miro como un gran fuego artificial de color rojo ilumino todo el firmamento. A lo lejos el reloj marco las doce dando inicio a una serie de campanadas y anunciando el nacimiento de Cristo. Rachel abrazo a Trish y esta sorprendida dejo que una lagrima corriera por su mejilla.
"Feliz Navidad, Dante"

                                                                              ...

1 comentario:

  1. Excelente, amigo Joseph. La verdad es que ignoraba por completo tu veta de escritor y leer esto ha sido una más que agradable sorpresa, escribes muy bien. Excelente y evocadora historia.

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